Llegar al Campo de Deportes era una novedad importante que llenaba de expectativas a cada uno de los chicos porque sería la primera noche que dormirían en carpa.
Habían preparado bolsas de dormir y aislantes, un Sol a pleno los recibió para iniciar un día de aventura.
Al llegar la noche, las linternas fueron el gran aliado que los acompañó en el juego nocturno para buscar luces y sonidos.
Un fogón grande y cálido iluminó la noche y fue el broche final de una jornada emocionante. Canciones y juegos surgieron al abrigo de su luz.
Los chicos han superado este desafío y los Profes están orgullosos de ellos.
El año próximo se volverán a encontrar para animarse a nuevas aventuras y seguir creciendo juntos.