El 9 de julio nos inspira emoción, felicidad y un sentimiento de argentinidad único ya que celebramos la consolidación de nuestro nacimiento ante el mundo como nación. A diferencia de nuestros héroes, a nosotros nos toca ser patriotas en lo cotidiano, a través del esfuerzo personal y mancomunado, con honestidad, invocando la protección de Dios, tal y como reza nuestro preámbulo.
Tu voz, la de él, la mía, la de todos se unen en un grito...
¡VIVA LA PATRIA!