
Pudimos encontrarnos con un entorno natural creado por la naturaleza hace décadas al lado de la urbanización y en contra de intereses comerciales. Recorriendo sus senderos y con la ayuda de guías, pudimos tomar contacto con la flora tanto autóctona como exótica. Pudimos prestar atención a los distintos animales que nos circundaban y escondían precavidos.
Conocimos un espacio invaluable que los porteños debemos cuidar, disfrutar y promover, así como aprender de la Naturaleza en el cuidado del planeta.